Hemos estado mi pareja y yo 4 noches en este hotel. Buscábamos un alojamiento intimo y personal, en una zona tranquila pero cerca de Mancora para poder acercarte en cualquier momento, y todo ellos se cumplió. El hotel es pequeño, cuenta con unas 8 habitaciones, lo que da ese detalle personal que queríamos. Las habitaciones son sencillas, pero todas ellas con vistas al mar. Y ademas cuenta con un buen restaurante, para poder degustar platos típicos de Perú. A mi personalmente me encanto el ceviche mixto!!
El hotel está enfrente de la playa Las Pocitas, una playa que con marea baja es perfecta para pasear. Además se forman pequeñas pozas donde puedes refrescarte como si estuvieras en una pequeña piscina jajaja
Del hotel a Mancora pueblo puedes ir andando por la playa que son como 15-20 minutos (el paseo no es muy bonito, ya que vas andando por una playa un poco sucia...) y la otra opción es ir en moto-taxi, que te cobran 3 soles y en 5 minutos estás en el pueblo
La atención por parte del personal del hotel muy buena y super atentos!
Muchas gracias por todo!