Ante todo una nota sobre la ubicación: el hotel se ubica a mitad de camino entre Máncora y Vichayito (aprox. a 3 Km del pueblo).
Probé dos habitaciones del hotel, una en cada dia de mi estadía. La primera, una habitación matrimonial: espaciosa con excelente vista hacia el mar. La cama impresionante. Sin embargo, el mobiliario parecía algo descuidado y la puerta corrediza que da paso al balcón necesitaba refacción. La segunda habitación una DWB, bastante mas modesta.
Cómodas, con buena iluminación y limpias. Las duchas de una calidad básica. Ninguna tenía tina. Dado el rango de la tarifa se esperaría una mejor calidad de los jabones disponibles en el baño de cortesía.

Respecto al servicio de desayuno, básico, por debajo del promedio de hoteles tres estrellas. Calificaría incluso como restaurant de hotel rústico. El personal es atento y amable. Aunque al final de mi estadía me llevé una decepción: la recomendación que me dieron en recepción para el taxi para llevarme al pueblo (en la mañana a primera hora) fue un desastre. El conductor nunca apareció y al final hube de tomar una mototaxi que hizo el camino de retorno en mas de 10 minutos, la opción menos recomendable.

Me encantó el hotel. Muy vistoso, limpio y muy bien atendido.
Restaurante con una carta acotada, pero de una alta calidad.
Dos puntos muy altos de este hotel, aire acondicionado y frigobar (( muy dificil de conseguir en esta zona )) Estuvimos alojados en la habitación 202 balcón frente al mar y ventana la piscina....un sueño !!
Otro dato para tener en cuenta es que la playa NO TIENE PIEDRAS como la mayoria de los hoteles de la zona.
Agradecimiento especial a Zaira, Israel e Ivan. Todos muy predispuestos !!
VOLVERÍA SIN DUDAR !!