cuando fuimos marzo aprox de este año a mi personalmente me gustó pero como viajamos con un compañero que se manejaba en sillas de ruedas, el dueño (no estoy segura) nos dijo que nos quedáramos a pesar que la accesibilidad es muy reducida nos pareció muy feo de su parte porque tuvimos complicaciones para movilizarnos con Adrian, para la juventud está lindo pero para personas mayores no lo recomiendo muchas escaleras.

En lo que a mí respecta, mi estadía en el hotel entre el 09 y 12 de mayo fue agradable, a atención de Andrea y Natty fue excelente, siempre dispuesta a orientarme y darme los datos necesarios para entretenerme en Máncora. Será que yo andaba relajada, pero en encantó levantarme temprano, bañarme en la playa, desayunar, practicar yoga con Patty y Elisa( recomendación de las chicas del Hotel), Salir a recorrer y comer rico. Las instalaciones eran cómodas y limpias. En resumen unas minivacaciones ideales.

Lo primero a destacar es la atención de Andrea y la chica amorosa que sirve el desayuno, la verdad dos remadoras en dulce de leche y muy atentas.
El hotel está ubicado frente al mar, pero no es tres estrellas ni de casualidad.
La verdad una lástima porque tiene un potencial increíble, pero esta muy muy desmejorado.
No tiene restaurante, ni la heladería.
Se llena de mosquitos la habitación y el baño por la ventana sin mosquitero.
Cada cliente tiene su opinión, pero si tenes 15 días al año de vacaciones como yo, y queres estar en un lugar realmente lindo, este no es el hotel.
Una pena.