La casa era preciosa y estaba en perfecto estado (recién pintada, muebles clásicos bien conservados, jardines muy cuidados), aunque le faltaban algunos detalles (había cajas por desembalar en la zona de estar, faltaba algún trozo de moldura de esacayola en el techo, iluminación algo escasa en las habitaciones). Las puertas de las habitaciones eran as originales de la casona (parece ser que era la casa particular del dueño de la estación de tren que está justo enfrente), por lo que dejan pasar algo de ruido. A pesar de los pequeños inconvenientes, nos pareció un lujo alojarnos en un sitio tan bonito y nos sentimos muy bien tratados personal. La relación calidad/precio también nos pareció muy buena, más teniendo en cuenta que el precio del alojamiento incluía acceso a la piscina y aparcamiento vigilado las 24h. Más
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