Si tuvieramos que volver a Sicilia, mi marido y yo visitaríamos Monreale de nuevo para pasear por sus encantadoras calles. En una de ellas y dando a una pequeña plaza, nos encontramos con este restaurante fabuloso. Nos atendieron exquisitamente, los platos son suficientes en cantidad y si podéis sentaros en la mesitas de la terraza, mejor porque así es como se puede formar parte de ese maravilloso lugar. Sin duda, un lugar ideal que descubrimos por casualidad para poder degustar las exquisiteces de la comida siciliana con un gran toque de modernidad.