Bonito y elegante restaurante en la planta primera, con unas vistas de la ria y el puerto impresionantes. La atencion de Pepe genial y profesional, nos recomendó croquetas, crema de necoras y arroz con bogavante, todo riquísimo de sabor, lástima el punto del arroz y del bogavante que se pasó bastante y desmereció el producto. De postre un puding de queso suave y goloso. Precio 60-80€/persona con vino, elevado para la zona
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