Precioso hotel familiar, atendido por la propiedad, las habitaciones muy confortables, terraza y vistas espectacular. Desayuno sobresaliente, formidable opción en Castropol, con excursiones preciosas muy cerca y playas estupendas.

Había intentado alojarme en este hotel en varias ocasiones sin éxito hasta este verano y por fin lo conseguí. Y de hecho ojalá haya una próxima vez.

Para mí su mayor atractivo es el edificio principal de 1912 que conserva muchos detalles originales de esa época. Los suelos de baldosa, la ornamentación... es imprescindible alojarse aquí para los amantes del modernismo como yo.

Nuestra habitación superior situada en ese edificio era muy amplia, contaba con un vestidor, una salita, cama muy cómoda y dos terrazas con vistas soberbias sobre la ría. Lo que no me gustó mucho es que el baño y la habitación tenía detalles modernos fuera de lugar que desmerecían respecto a las zonas comunes, es el único motivo por el que no le daría las 5 estrellas.

Por lo demás tanto la atención del personal, la calidad del desayuno, los amplios jardines para pasear... una maravilla de hotel.

Acabamos de estar allí un grupo de amigos alojándonos en habitaciones dobles.
La limpieza muy buena, el servicio con una calidez humana extraordinaria, los desayunos fantásticos y caseros y la ubicación estupenda.
Altamente recomendado