Los recepcionistas muy amables, la limpieza perfecta y el restaurante muy bueno. Disponen de carta y menú a precios asequibles.
Lo único malo es que la cama hacía mucho ruido, pero lo demás todo muy bien.

Los pasillos del hotel y las paredes de la habitación necesitan una limpieza más profunda. El agradable, sobre todo el camarero Baltasar, muy atento con los clientes. El desayuno muy pobre de poca calidad.

A las 8' a m me levantaba de un golpe en el pasillo de mi habitación ,el chico que hacía las habitaciones ,se ha puesto a chillar y a mover el carrito de limpieza con un tanto de brusquedad ,tanto que a la media hora tuve que salir para llamarle la atención sobre el ruido ensordecedor con el me ha despertado ,total tenía una hora más para dormir tranquilo y ya no he podido