Buen sitio donde terminar el peregrinaje a Fisterra. Colchones super cómodos, sábanas limpias y si las pides también toallas limpitas. Baños de sobra y cómodos para ducharse. Las dueñas un encanto, nos recomendaron donde comer y sin duda acertaron. Puedes desayunar allí por 4 euros con pan recien hecho por ellas, riquisimo. Si vuelvo a Fisterra dormiré allí seguro.