Gente de muy alto nivel y calor humano.. Lugar encantador y relación, tienes que ir para saber que es ESO que lo hace tan distinto a los demás
Es mágico, es irónico, es distinto, es único.. Es como un amor platónico que sabes que existe pero no lo puedes tener contigo ya que tiene uno que regresar a nuestra rutina, pero se disfruta al máximo su naturaleza, frutos, comidas deliciosa, su artesanías y costumbres ... Recomendado, y si van con el corazón destrozado allá sera sanado las grietas del corazón y alma regresando para darle valor al aire y agradecer por la vida que nos da Dios.

Estuve hospedada con un grupo de mi universidad por cuatro días. Este ecolodge, a diferencia de los que normalmente voy, luce por fuera como una casita de madera; pero por dentro es como una habitación de un hotel. Además, parte del contacto con la naturaleza involucra el hecho de que no haya tele, aunque sí hay conexión wi-fi. Personalmente, sí volvería a este hotel porque la atención es A1 y la comida es riquímisa. Lo que no olvidaré es que cuando me levanté en la madrugada, y abro la tapa del inodoro, encontré un sapo enorme plomo y no sabía como reaccionar ante eso. A pesar de todo, Sachama hizo que mi estadía sea confortable y el equipo que trabaja ahí es muy bueno. Lo único es que perdí mi casa en la habitación.