La experiencia fue inolvidable: habitaciones cómodas e impecables, ambiente acogedor, vista impresionante del cañón, precios cómodos, etc. Una mención aparte merece la excelente atención del encargado del alojamiento, el Sr. Aquilino, hombre de edad pero con mucha voluntad de hacer de la estadía lo más agradable y placentera posible, sin dejar de mencionar que nos recomendó lugares para comer, puntos que visitar (que ni siquiera aparecían en los mapas) y nos acompañó hasta cierto tramo del camino de bajada hacia los pueblos del río. Sus experiencias y su conocimiento de la historia y la geografía de la zona fue un tema de conversación muy ameno y agradable la noche previa a nuestra partida camino a Sengalle y posterior regreso al pueblo de Cabanaconde. Muy recomendado, especialmente en temporadas bajas.