Hotel innovador con amplias habitaciones muy bien equipadas, prácticas y cómodas.
Está nuevo, sin desconchones en las paredes, ni suciedades, ni humedades... se está súper agusto.

Todas las habitaciones, menos una que tiene grandes cristaleras, tienen unos grandes ventanales que dan mucha luminosidad pero tienes cortinas por las que no entra nada de luz.

La ducha es una maravilla, sin mamparas, ni platos de ducha molestando por ningún lado.

Disfrutas de una estancia muy tranquila (no he escuchado a ningún "vecino" y eso que estaba completo).

La limpieza es primordial y se nota, limpian las habitaciones todos los días, por lo que está todo muy limpio.

Las habitaciones están como en una especie de altillo a las que puedes acceder por escalera o ascensor.

Dispone de aparcamiento.

El desayuno es tipo buffet libre con variedad de productos: bollería,empanada,tostadas,embutido,zumo, café...
Tienen un pan riquísimo.

Hemos disfrutado de una estancia muy placentera, se podría decir que es un hotel de lujo disponible para todos los bolsillos.
No ha habido nada negativo que pueda comentar.

Especial mención al camarero (desconocemos como se llama), que es un muchacho muy agradable y servicial.