Estuvimos una noche en el hotel, de paso hacia Río de Janeiro. El hotel es viejo, ochentoso, pero limpio y ordenado. Las habitaciones podrían ser un poco más amplias, pero no están mal. Camas modernas, tv LCD, muy buena ducha, hirviente, y muy buen desayuno brasilero. Está un poco desorganizado administrativamente (tuvimos problemas para que encuentren nuestra reserva), y el sistema de cochera es medio complicado, puesto que está en un edificio al lado y los empleados son insistentes en estacionar el auto ellos, lo que no me agrada del todo. Está en el centro de la ciudad, y si bien de día es una zona agradable, de noche se complica mucho. Recomiendo cenar temprano y no andar por la calle en horas de la noche por esa zona. Buena opción para un hotel de tránsito