El hotel no merece la calificación de tal. En primer lugar, y pese a lo grandiosas que parecen sus instalaciones, los pasillos están absolutamente sucios e incluso con sustancias deslizantes, con el peligro consiguiente.
Vimos que la limpieza la realizaban únicamente hombres, y nada preparados para ello. Téngase en cuenta que los musulmanes no realizan tareas de aseo y limpieza en sus propias casas, con lo que su pericia y experiencia en la materia es nula.
Tema aparte es la auténtica estafa en los precios. Por una botella grande de agua y cinco euros. Y por una cerveza 11 €. Un absoluto fraude, como comento.
La comida del buffet es realmente vomitiva: pescado blandengue, salchichas pequeñas y durísimas, pan de días anteriores, y un largo etcétera.
En cuanto a las piscinas (tres), los altavoces de la música totalmente distorsionados.
Nada recomendable.
Lo único bueno es que dispone de un buen acceso hasta el Mar Muerto, para bañarse allí.