Con sus majestuosas montañas, sus palacios opulentos y su elevada cultura, las atracciones de Austria son clásicamente suntuosas y duraderas. Pero, más allá de los valses, los strudels, las cumbres alpinas y la arquitectura de Habsburgo, sus ciudades modernas son prueba de con qué facilidad Austria combina lo contemporáneo con lo histórico.