Inhóspitos paisajes volcánicos, valles color esmeralda y playas de arena color negro: Maui realmente aporta todo el drama. Seguro, hay muchos resorts y hoteles aquí, pero Maui nunca se pierde a sí mismo en el turismo, sino que sigue anclada en su frondosa naturaleza, su cultura hawaiana y el espíritu “aloha”. Ver el sol salir desde la cima del Haleakala o conducir por la autopista Hana hará que incluso el viajero más hastiado piense que encontró el paraíso.