En Manta tendrás de todo: playas de primera categoría, cultura, historia y algunos de los mejores mariscos de tu vida. Empieza en Playa Murciélago, donde la mayor parte de la ciudad se reúne a diario para jugar al voleibol, tomar el sol y disfrutar de puestas de sol de otro nivel. Combina estas actividades con un poco de ceviche (algo que aquí es prácticamente una manifestación artística) en un quiosco junto a la playa y prácticamente no necesitarás nada más. Para disfrutar de un poco de cultura local (y más marisco), pásate por El Mercado Central, donde podrás elegir y asar tu propio pescado, o por el Museo del Banco Central para disfrutar de un sólido curso intensivo de historia ecuatoriana. Cuando quieras alejarte de las rutas turísticas más concurridas, dirígete a la playa de Los Frailes por sus aguas turquesas y las vistas dignas de fotografiar que se aprecian desde los acantilados. Está a una hora de Manta, pero merece la pena el viaje.