La casa rural es fantástica, aunque para llegar la primera vez, hay que ir atentos porque no es fácil. Muy acogedora y muy cómoda. A pesar de que estaba lloviznando los 3 días, disfrutamos una barbaridad. Íbamos con 3 niños de 8, 5 y 2.
Ellos encantados con "su casa" de Portugal, muy calentita.
Pero lo mejor de la casa... los caseros Sam y Rich. Nos recibieron junto con Papa Noel, que ya para los peques fue inolvidable. Nos lo hicieron todo muy fácil, cualquier pequeña duda se volcaban en resolverla. Sus consejos de posibles visitas, acertadísimos. Todo un descubrimiento la casa y agradecidísimos a Sam y Rich por sus atenciones, posiblemente los mejores caseros que hemos tenido nunca, y solemos visitar 2/3 casas rurales al año... La casa llena de detalles y regalos para los peques (que disfrutaron muchísimo) y para los no tan peques también un buen puñado de ellos que hicieron inolvidable la estancia.
De corazón, si has llegado hasta aquí y estás pensando alquilarla, hazlo, acertarás seguro.