Llegamos mi marido , mi hija pequeña y yo casi por casualidad a esta casa rural de Cristosende y nos gustó mucho el lugar. Nos alojamos en una habitación familiar muy acogedora y para la niña una cama super grande, además entre cama de matrimonio y la de la niña existe una puerta corredera que divide la habitación en dos. El baño bien, limpieza bien y las estancias comunes preciosas. La cena muy rica, sin experimentos, cocina tradicional , pero muy sabrosa y buena calidad de productos y en el desayuno destacar un bizcocho casero buenísimo.Precio muy razonable y además por la niña no nos cobraron ni cena ni desayuno, lo que me pareció un detalle. Para los peques hay un parque muy chulo y las vistas fuera son muy bonitas, además cerca hay miradores, una fervenza... muchos lugares para relajarse y disfrutar. Por último hacer mención al personal, que fueron muy atentos y amables. Buena experiencia!